lunes, 30 de mayo de 2011

diagnóstico

Señora, el diagnóstico que le podemos ofrecer no será demasiado claro
y eso que hemos tenido en cuenta hábitos, y secretos que nos ha contado
el chico, bueno, el chico y sus otros estados alterados;
que en base a hipnosis y el análisis concienzudo
han brotado divulgándonos tantos matices…

Como primera parte quiero agradecerle su colaboración,
a base de la constancia y trabajo, con la medida desorbitada de su cariño
ofrecido en tamaño desajustado en breves muestras,
con detalles sutiles sin ostentación de grandeza alguna;
ha logrado formarle un carácter correcto para la vida moral.
Comprende y asimila rápidamente protocolos, juegos estratégicos,
orden de jerarquías, límites relacionales, un largo etcétera;
de toda esa sistematología social instaurada. Muy bien hecho.
Observamos que sus hermanos, más o menos, están tan bien ordenados
como nuestro objeto de estudio, diríamos que su marido
también ha sabido mantener el control y dominio,
mostrando seguridad, confianza y apoyo en los momentos oportunos.
En el mundo sentimental salió a buscar, lógico,
necesitaba ordenar los pensamientos encadenados preconcebidos
que formó en relación a las relaciones que percibía.
La influencia sugerida por las interactuaciones vistas, tales como
la suya o la de sus hermanos mayores, fueron a su vez
puerta y pared de sus actos impulsionales. Tuvo fallos garrafales
o aciertos victoriosos, como muestran los informes del Doctor;
pero somos un compendio de eruditos y lo juzgaremos
con responsabilidad y desde todos los ámbitos.
En cuanto a la realización personal, han dotado de total libertad
al muchacho, nunca le han cerrado caminos, brindando consejo
y duda cuando eran necesarios. Quizás aquí añadamos un “pero”;
aunque no seríamos justos, ya que como él mismo reconoce
nunca mostró señal de objetivos definidos, preocupándoles, como bien sabe.
Este es el punto fuerte de nuestra entrevista y donde se centran
la mayoría de los titubeos “deshonrosos” que le hace padecer.
Vamos a ver, extrapolando, la diferencia entre un ganador y un perdido
es la carencia o la influencia de un objetivo.
El triunfador, el luchador o como quiera llamarlo,
persigue y mama de las fuentes que le acercan a lo que quiere,
a lo que está buscando. El perdido deambula, finge estar contento y centrado
pero ni encuentra ni logra hacerse con un hueco que no es deseado.
Lo que usted no sabe es que él ya ha adquirido consciencia de su problema…
Simplemente lo que le recomendamos es que se muestre fuerte,
inflexible. Adquiera entereza y dótele de orden de manera intachable,
es el mayor bien que podría hacerle…
Le confieso que sólo el recto, camina erguido, cuando adquiere rectitud.
Si sigue estos pasos notará en él una evolución lenta pero continua
en la que ordenará sus valores y hallará el equilibrio.

Ha sido un placer, gracias por habernos escuchado.

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