Quiero que sea uno por semana, puedo escribirlo un sábado, domingo, un viernes. Serán ideas inconexas y de narrativa breve; o con lazos, hacia todos lados, como todo lo que tengo. Esto es mío, pero me lo dais. Es mío porque yo lo escribo o termino de pensarlo y antes de que os lo preguntéis, no, no estoy loco, como dice un amigo, es que me aburro demasiado.
Aquí mi desgana:
Han llegado los días de lluvia, el otoño es pleno. El frío empieza a acompañar, aunque sea solamente sentido en las noches y las mañanas. Tengo la agenda llena de teléfonos, he recibido algunas llamadas; podría usar al nuevo demonio de mi vida, llamado whatssap y charlar un poco…. Pero hay un silencio absoluto ubicado en mi habitación. Lo rompe el rezumar del ventilador del ordenador, que oxigena los circuitos y busca enfriamiento…
Son las once de la noche, de un viernes; de uno de esos días que tanto destrocé y salí con afán de búsquedas de victoria… pero no encuentro ningún motivo para salir, para beber y mirar dentro de los ojos ajenos…
“Vienen tiempos secos” me susurro entre dientes, y me noto aliviado. Pero este alivio me crea miedos, dudas de cómo rellenar un tiempo que ya estaba relleno. “El ser humano nunca huye de los vicios, únicamente los cambia por otros, durante toda la vida.” Me digo, me convenzo. Todos los tenemos, desengancharse de algo es muy difícil.
Todo viene, todo va, son tiempos de lucha. Hoy me vencen…
Aquí mi desgana, una parte.
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