domingo, 13 de noviembre de 2011

ARTICULO 05

Siempre creí que no podría ofrecerte nada, que tú, en eso de la fuerza y la moral estabas, elevada, a unas millas de distancia de mí… te conocí y soñé que iluminabas, cada una de las luces que tengo de candil, para alumbrar mis miedos de almohada y mi melancólico mes de Abril…te ví especial, de mil quinientas formas diferentes, dotando de notoriedad la normalidad que tienes…te pinté, te versé mágicamente, sin que fuese cierto el brillar de tus dientes…me la jugué a ganarte, a un juego que nunca quise jugar, y por consiguiente, dejé que me ganaras…te aseguro enana, que no me arrepiento de nada….
Sé que me equivoqué.
Y no me apeno y me siento orgulloso, pues ese camino correoso que fue mi calvario, es la fuente que me hace erguirme a diario, para decirme, que precisas tú más de mí, que yo de tí lo necesario…
Te permitiré ser fuerte, bajo mi fuerza, porque a pesar de poder llegar a odiarte y aborrecerte, de poder criticarte y desmerecerte… te tengo aprecio pequeña.
Yo no soy nadie, sólo aquel que conoce tu ego, que te afirma cuando mandas, pero que no hace caso de tus mandamientos…aquel que escucha todas tus palabras y que como puede, te brinda consejos… soy aquel, que únicamente es reflejo, quien no te pedirá que cambies, quien, en la medida de lo posible, te suavizará los vientos…
Perdóname si me muestro poco delicado, pero que sepas que me esfuerzo en ello…

Alguna vez hablé, de que soy yo quien en los principios relacionales, se deja dominar por el ímpetu de las tempestades, y me arrastran....hasta que después, me convierto en el dominante…

“ nunca olvides que, al final el siervo será el amo, si persiste en creer…”

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